miércoles, 13 de diciembre de 2017

Prescindiendo del asfalto.

He vuelto a todas mis referencias 
en poemas de naturaleza 
para decir que vivir en la ciudad 
es prescindir del asfalto.

Ay Madrid, 
eres recurrir

a los trocitos de hierba 
que te crecen por entre las grietas,

a los días de lluvia 
que me riegas las lágrimas, 

a las abejas 
que me dejan la miel 
en la punta de la lengua,

a las macetas de los balcones de Barrio del Pilar,

a las castañas del otoño 
y sus playas ficticias,

a las lavandas y los lirios 
de los patios comunitarios 
donde resuenan las pisadas de los niños,

a la arena de los parques 
de los perros salvajes 
y los dueños domesticados,

al indescriptible olor humano 
que se palpa desde el trasporte público.

Ay Madrid, 
vivir contigo es huir de ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Óleo azul cian

Acuarelamiento de revolverte despierta. Encontrarte en las aristas. Enmarañada en pelo mientras te quejas. No volveremos a ser intento, ...